Colo Colo derrotó a O’Higgins en un encuentro disputado ante 40 mil espectadores en el Estadio Monumental. Los goles corrieron por cuenta de Gabriel Costa y Marco Rojas, quien anotó su primer tanto con la camiseta alba.
La felicidad era genuina en todos los protagonistas. De hecho, Basilio confesó que vivió como una fiesta “toda la semana previa por el torneo logrado en Coquimbo. Hubiese sido lindo salir campeón en casa, pero no se nos dio, salimos campeones afuera y volvimos a casa con la gente que vino a disfrutar. Estoy muy feliz”.
La relación del peruano con la hinchada es especial. Resistido por algunos y amado por otros, todo quedó claro al momento en que salió del terreno de juego y, además, cuando fue su turno de recibir la medalla, cuando el Estadio Monumental se vino abajo para ovacionarlo.
Al respecto, Costa dejó en claro que el cariño de la gente “en el club es de todos los días, siempre te hacen sentir el cariño. Entrar a la cancha es como entrar en un trono, que la gente te alabe es increíble. Es mucho esfuerzo y sacrificio levantar una copa, no es fácil ser campeón, más en un equipo grande. Si no tienes paciencia ni perseverancia, va a ser muy difícil. Nosotros tuvimos todo eso.
Además, dejó en claro que su futuro todavía no está claro. Si bien su “deseo es quedarse en Colo Colo y jugar Copa Libertadores, hay mucha incertidumbre”. Por lo mismo, las conversaciones que se darán durante estas semanas serán claves para abrochar su continuidad.
Gabriel Costa sube al columpio a Marco Rojas por su gol
El atacante peruano analizó lo que ha sido la temporada del Cacique, sin embargo, no fue capaz de armar un podio de los jugadores más importantes. “Hay varios, sería de mal compañero poner a tres. Todos en su lugar pudieron aportar algo y pudimos generar esto hacia la gente. La semana pasada fue el fruto de un año de trabajo, de mucha preparación y paciencia”.
Ahora bien, pese a que no pudo armar un listado con los mejores jugadores del plante, sí tuvo palabras para comparar su gol al de Marco Rojas. Eso sí, Basilio no se lo tomó en serio y afirmó, entre risas, que el “del Kiwi fue un golazo, sin arquero”.