Mauro Olivi volvió ayer a entrenar con el plantel tras su problema personal. Lo respaldaron públicamente Ivo Basay, Jaime Pizarro, Blanco y Negro en pleno y el capitán Esteban Paredes, pero de todas maneras, no zafará del “tirón de orejas”.
El Pampa será llamado a terreno pero todo en el carácter privado. De hecho, ayer la práctica fue a puertas cerradas para que no se inmiscuyeran los medios de farándula, a quienes se les prohibió expresamente el ingreso al Monumental.
Ya se determinó, por ejemplo, que el futbolista deberá cambiar su domicilio para que así, de paso, cambie de aire y evite encontrarse por accidente con su ex novia (que tiene amigos en el mismo edificio), lo que conllevaría la reapertura de la causa y un juicio en su contra. Se le recordó, además, que él, al momento de firmar, se comprometió a no meterse e temas extrafutbolísticos. Él lo tiene claro y esta sería la última vez que se toca el tema.
Al verlo en condiciones, el Hueso lo enviaría del arranque ante Cobresal en desmedro, posiblemente, de Manuel Bravo, aunque también podría retroceder el Chapa Fuenzalida y ser Álvaro Ormeño el desafectado.
Así, el equipo quedaría con Castillo; Rieloff, Mena, Magaña y Jerez; Ormeño (Fuenzalida), Millar y Wilchez; Olivi; Fuenzalida (Olivi) y Paredes.