Ignacio González: No lo hacía mal, descolgó un par de balones con bastante seguridad hasta el minuto de su lamentable lesión. Desde Copiapó que se sabía que venía con dolencias en la rodilla. Estaba anunciado. Debió arrancar Álvaro Salazar. Sólo queda brindarle apoyo y buenas vibras porque no lo debe estar pasando bien.

Álvaro Ormeño: No tuvo mayores problemas en la marca y no pasó mucho, pero cuando lo hizo fue con intención. Notable como adelantó a Fuenzalida para el cuarto gol.

Christian Vilches: Sólo cometió un error que obligó a la primera intervención de Salazar, un cabezazo que dejó muy corto en el área. En el resto, impecable y salió ovacionado por una pequeña molestia tras un golpe.

Luis Mena: También tuvo un yerro y pidió disculpas al entregar mal un balón. Se nota su liderazgo, arengó a Salazar, lo abrazó, sacó al equipo, anticipó y se sigue ganando con rendimiento la renovación.

Juan Guillermo Domínguez: Alternó buenas y malas. No es tuvo tan prolijo en la salida pero cuando se mandó en ataque, hizo daño. Le levantó con calidad a Olivi el balón en el gol de Muñoz. Debe recuperar el fútbol perdido tras su para.

Rodrigo Millar: El mejor de la cancha. Llegaba hasta área propia marcando, salió siempre bien, distribuyó con criterio, habilitó a los compañeros. Su mejor partido en años. Y no es casualidad que las mejores versiones del Chino se hayan visto con Jorge Fleitas.

Fernando De La Fuente: Bravo en el quite, prolijo para desahogar y bien taponeando la línea de volantes de Audax. Gran jugador.

José Pedro Fuenzalida: Hace rato venía advirtiendo y hoy metió una actuación notable. Criterioso, falló un par pero en la mayoría estuvo acertado a la hora de resolver. Volvió a marcar y pisa fuerte por una camiseta de titular.

Mauro Olivi: Gran primer tiempo, recibió las faltas de los rivales, combinó de primera, ejecutó con jerarquía el penal y se juntó siempre bien con sus compañeros. En el complemento “sobró” un poco y se vio algo displicente, pero hoy es un indudable aporte al equipo.

Felipe Flores: Volvió al gol y por dos. Tuvo otro par, se enganchaba para buscar balones, tocaba y picaba y sigue demostrando que no ha desaprovechado su retorno a casa.

Carlos Muñoz: Terminó fastidiado el primer tiempo porque no le quedó ninguna. En el segundo tuvo la suya y facturó. Lamentablemente sufrió un esguince en una rodilla que ojalá no sea mucho, porque se le necesita para playoffs con ritmo.

(16″) Álvaro Salazar: Entró bajo una ovación y respondió con grandes intervenciones. Fue abajo a arreglar un error de Vilches, desactivó una bomba de distancia, descolgó un centro con personalidad y precisión, ordenó a la defensa, metió los puños y no se achicó en un partido bravísimo. Hay que recordar que ingresó cuando todo estaba 1-0 y podía pasar cualquier cosa. Si lo hacía mal, a Colo Colo le podía costar la cima y la clasificación a un torneo internacional. Obviamente se equivocará en su momento, pero demostró que tiene lo que hay que tener para ponerse bajo el arco del Cacique que a muchos les queda gigante. Ahora a trabajar y al “paso a paso”.

(53″) Jean Paul Pineda: Tiene muchas ganas y eso es bueno. Quizás no participó tanto pero se creó dos ocasiones. Primero un remate tras enorme jugada colectiva que tapó de gran manera Sánchez y luego un cabezazo, que no es su fuerte, que se desvió por poco. En Copa Chile sigue marcando y se tiene que soltar.

(61″) Leandro Delgado:
Entró enchufado, le favoreció que el asunto estuviera resuelto. Tuvo un buen par de anticipos, salió bien y en la única que falló fue por un foul que no vio el árbitro que obligó a una gran intervención de Salazar.

DT Omar Labruna:
Qué se puede decir. Tomó a un equipo a no muchos puntos de la Promoción y lo dejó, casi con los mismos nombres y con un par de préstamos precisos, puntero y clasificado a la Copa Sudamericana. Brillante lo suyo en la fase regular y lo de su cuerpo técnico. Con respecto a este partido, lo leyó perfecto salvo lo de Ignacio González. Teniendo en el banco un portero con condiciones (que terminó entrando igual, como casi pasa en Copiapó), no debió arriesgar a Nacho a una lesión mayor. Quizás no quiso quitarle piso, pero ya está. Que siga su trabajo. Que siga el equipo de Labruna.