Francisco Prieto: Fue requerido cuatro veces y en tres estuvo bien. Primero tapó con grandes reflejos a Ubilla, luego el penal a Toloza y, finalmente, recibió un balón manos de Calandria. La última fue la pena máxima que falló el 16 de los porteños. Que le sirva para seguir consolidándose.

Leandro Delgado: No se vio sobrepasado y Juan Gonzalo Lorca jamás hilvanó una de peligro salvo un cambio de frente para Ubilla en el primer tiempo. Cumplió y tuvo el triunfo en la última.

Christian Vilches: Se notó que le dijeron que reventara, porque lo hizo en un par de ocasiones. Necesitaba un partido con los errores reducidos al máximo para no caer en dudas.

Bruno Romo:
Es muy voluntarioso pero a veces lo sobrepasan. Ubilla le ganó la espalda en la más peligrosa de Wanderers y cometió un penal infantil. Con Contreras al otro extremo de la zaga tiende a ordenarse un poco más, echa de menos al líder.

Gonzalo Fierro: Bajo partido del canterano que aún parece no tener la forma física y futbolística que se le conoce. Pero poco a poco se pondrá a tono tras un tiempo de mucha irregularidad en Flamengo. No es fácil retomar eso, pero lo hará.

Rafael Caroca:
En su clásico trabajo silencioso, quitando, distribuyendo, se trató de conectar con Fierro en más de alguna ocasión pero no le resultó. Nada deslumbrante pero correcto.

Horacio Cardozo: Buen partido del argentino, con mucho quite, raspando al medio y hasta entregando en ofensiva. Salió lesionado y se perdió un poco la marca en el medio.

Lucas Wilchez: Partió bien pero está cayendo nuevamente en el síndrome de no terminar la jugada o hacer siempre una demás. Tampoco ayudó mucho en la marca como varias veces lo hizo.

Miguel Ángel González:
Para ser el 10 de Colo Colo necesita meter, al menos, cuatro balones claros y con ventaja a los delanteros por tiempo. No lo ha hecho, pero se han centrado todos los dardos en él como esperando el error, cosa que no corresponde. Y hoy cumplió un trabajo más sucio, recuperando muchas veces balones y metiendo un par de contras interesantes. Aún poco, pero es primer partido completo que juega.

Roberto Gutiérrez:
No cumplió el Pájaro en lo que se encomendó, sólo tuvo una mediavuelta y poco más para destacar.

Esteban Paredes: No anda bien el capitán. Quizás haber salvado tantas veces el buque él solo lo hace tratar de terminar todas las jugadas y a ratos no busca apoyo cuando lo necesita. Como sea, fue, es y seguirá siendo inamovible en la temporada. Y no es lo mismo que decir “para eso juega tal o cual jugador que en 2006 fue crack”, porque hace no muchas semanas Visogol la estaba rompiendo, es un tema de un par de partidos regulares, nada más. Los cracks son así, ya se va a destapar.

(59″) Rodrigo Millar: Tuvo algunos chispazos pero no le cambió en demasía la cara al mediocampo. De todas formas, le sirvió como apoyo a González encontrando otra alternativa de habilitación en ataque, por lo que no es descabellado pensar en que se comprometa, definitivamente, con las coberturas y juegue al lado de Caroca aprovechando si la lesión de Cardozo es para un par de semanas. Eso sí y sólo sí ayuda a quitar al medio, porque sino será un pasadizo.

(63″) Carlos Muñoz:
Entró con toda la bronca y a la primera que tuvo no vio a Paredes y metió un bombazo incómodo. Se fue calmando, trató de entrar en juego, salió del área para ayudar a sus compañeros pero no pudo desequilibrar donde lo hace, en el área. Es un futbolista que con confianza puede dar mucho.

(80″) José Pedro Fuenzalida: Siempre anda mejor entrando del banco, como hoy. Pero volvemos a lo mismo, lo de la terminación de las jugadas. Se enredó cuando pudo quedar solo y la sacó del estadio en otra en dos acciones que pudieron ser más peligrosas.

DT Ivo Basay: Su idea se ha visto en los dos últimos partidos en los primeros 10 minutos, ambos arranques correctos. Pero es su responsabilidad hacer que eso se mantenga y que los jugadores no entren en baches por pensar en el “qué dirán” o porque no les sale el gol. Otra cosa que debe parar en su accionar es poner a un jugador titular en un encuentro y en el siguiente no llevarlo ni al banco, como lo hizo con Muñoz después del duelo con Iquique y ahora con Vidangossy y Toloza. Eso desconcierta y Colo Colo lo que menos necesita hoy son dudas. De acá en más debe matar o morir con 18 nombres, 11 titulares y siete suplentes claros. La convicción del camarín hacia afuera se da sólo cuando se pueda transmitir puertas adentro, llega por consecuencia lógica. El Hueso y Daniel Morón deben conseguirlo.