Renny Vega: No dio un solo rebote para otorgar una segunda pelota. Descolgó centros con solvencia y sólo quedó corto una vez, en la que Eugenio Mena estrelló en el travesaño. Su seguridad se ha transmitido al equipo.

José Pedro Fuenzalida: Cumplió de manera perfecta la labor de un lateral derecho. Cerró, llegó bien a los cruces, sacó de cabeza, reventó, pasó un par de veces pero algo contenido y por su lado, Eugenio Mena no hizo mayor daño salvo la que tuvo al travesaño. Tampoco gravitó Cereceda por su sector.

Christian Vilches:
Terminó con dolor de cabeza de tanto despejar por arriba. No lo pasaron una vez por alto y por bajo entendió que a veces hay que reventar.

Pablo Contreras:
Jugó todo el segundo tiempo con una contractura tremenda y no quiso salir. Ordenó a sus compañeros, sacó y no se vio sobrepasado en ningún momento.

Bruno Romo: Junior Fernandes no lo pasó nunca. Y cuando lo hizo, jamás sacó un centro cómodo. Le llegaba una y resolvía simple, a despejar. Bien cortando el juego. Una vez lo pasaron y fue porque Aránguiz lo dobló por la banda. Terminó exhausto.

Álvaro Ormeño:
Había metido un par de buenos quites hasta que se pasó de revoluciones. Si bien en la jugada donde es expulsado pudo impresionarse Gamboa por la sangre en el rostro del rival, debió tener amarilla mucho antes. Eso debe pensarlo antes, porque pudo costar caro.

Rafael Caroca: Portentoso lo del nacido en pastos de Arellano. Fiero en la marca, bien abajo cortando, correcto en la entrega, de sus pies nace lo que termina en genialidad de Paredes y fue muy obediente siempre con Contreras, que lo ayudaba a ordenarse en todo momento. Se sentirá su baja por amarillas.

Mauro Olivi:
Correcto partido como volante por derecha. Arrastró el balón cuando el equipo estuvo con 11, provocó una par de peligro pero como era lógico, desapareció cuando cayeron las expulsiones. Iba a pasar eso con los hombres de ofensiva. Además, marcó bien relevando incluso como lateral al Chapa Fuenzalida en algunas ocasiones.

Bryan Rabello: Partido corajudo el del joven volante. Se ensució, corrió, mostró personalidad, tuvo una entrando y convirtió un golazo. Al igual que el Pampa, también se entregó por entero en la marca por las bandas.

Carlos Muñoz: Partido ingrato. Tuvo una antes de los 10 minutos pero a medida que el equipo se quedaba con menos jugadores debió ir al sacrificio. Aguantó un par de veces de muy buena manera para quemar minutos.

Esteban Paredes: Gracias por tanto, capitán. Un golazo suyo abrió el camino, luego cedió para el tanto de Rabello y su expulsión era para amarilla, Gamboa se dejó impresionar por el grito de Aránguiz. Salió besando el escudo porque así lo siente. Que no sea su último partido, merece despedirse como el gigante que es.

(64″) Rodrigo Millar: Entró cuando ya el equipo ya estaba con nueve y tuvo que corretear en el medio. Sirvió su experiencia para quemar minutos cuando tuvo el balón.

(76″) Horacio Cardozo:
A cerrar el boliche. Ese fue su trabajo y cumplió. Se metió entre los centrales para despejar un par de balones y obstaculizó a Díaz y Aránguiz en los minutos finales.

(86″) Mathías Vidangossy:
Su labor era matar de contra el partido. Tuvo una pero perdió en el mano a mano. Luego quemó de manera inteligente con Millar un minuto y medio en un córner aprovechando sus piernas frescas.

DT Luis Pérez: A Pérez lo que es de Pérez. En poco más de 60 días ha cambiado drásticamente la cara de un equipo que no jugaba a nada. Es cierto, cayó de manera feísima en el clásico pero pagó en parte esa deuda con este partido. Equipo ordenado, con relevos correctos, con entrega, con hombría, como él mismo dijo. Colo Colo juega a algo y es por lo que ha hecho junto a Hugo González y su equipo. Si concreta la clasificación a la final debería, al menos, meterse en las opciones para el segundo semestre. Tarea para Juan Gutiérrez.