Juan Castillo: Había estado correcto pero se ganó una amarilla por reclamar y otra por “putear” a Mauro Olivi. En la repetición de frente se ve claramente que el zurdo fue el dardo de sus palabras, pero un hombre con su experiencia debe saber que un árbitro que echó a dos del rival, a la primera que escuche un descalificativo al aire se lo adjudicará para compensar. Se llevó, y con justificación, el reto de Basay porque por ese detalle pasó el empate. Con dos delanteros es cancha el tercero caía sí o sí.

Boris Rieloff: Algo contenido, pero se dio maña para hacer desaparecer a Francisco Castro salvo en una jugada en offside al comienzo. Sin embargo, aún le falta soltarse para ser el lateral derecho que fue en Audax, pisando más el área rival.

Christian Vilches: Sigue siendo el zaguero más firme de Colo Colo. No tuvo mayores problemas y resolvió con pulcritud salvo una salida en falso.

Nelson Cabrera: Lo suyo es el esfuerzo y el despeje. Falló en los dos primeros cabezazos pero luego se afirmó. No destiñó ante el, supuestamente, mejor delantero de América, Eduardo Vargas, a quien siempre cruzó a tiempo cuando se le pasaba a Jerez. Debió gritarle a Molinas la dejara, porque él venía de frente, la despejaba y se acababa el partido. Quizás su mayor “pecado”.

Patricio Jerez: Metió y mostró mucha garra. Cruzó y anuló por largos pasajes a Vargas y se dio maña para llegar arriba y sacar el centro en el gol de Paredes. Eso sí, debe ser más regular en su juego.

Osmar Molinas: Su mejor partido en Chile y, al parecer, va en alza. Pegó con criterio, despejó y hasta salió jugando en los descuentos ante un estupefacto Matías Rodríguez. Aún le falta en lo físico, pese a que ha bajado cinco kilos. Pero una buena pretemporada lo dejará “a punto”. El infortunio del último minuto es un accidente.

Marco Medel: Lo suyo no es la actitud, pero en este partido algo mostró. Fue al suelo, al sacrificio, se “ensució” y calentó a Aránguiz para que lo expulsaran. Poco a poco se fue diluyendo y fue sustituido, aunque su reemplazante, Olivi, no logró cambiar el trámite.

José Pedro Fuenzalida: Es un jugador entregadísimo, que corre todos los balones, que tiene gran fondo físico, correcta técnica pero le falta “cancha de tierra”. Pudo definir el partido en dos o tres oportunidades y no tuvo esa “picardía”, por no decir jerarquía, para cerrarlo.

Esteban Paredes: Portentoso y quizás no tanto por su partido en general, que no estuvo tan cerca de otros tremendos encuentros que le hemos visto. Pero marcó los dos goles. Estos partidos son “para los de verdad” y si Vargas cuesta 10 millones de dólares y todavía no define un solo clásico, es difícil pensar en lo que hubiera costado Visogol si no hubiera explotado tarde. Ojalá el capitán termine su carrera cuando quiera en Colo Colo. Además, tiene sangre.

Lucas Wilchez: Se notó su regreso en la marca y en la entrega. Demostró sangre, estuvo correcto en la entrega y en la conducción. Nada portentoso, pero es más que Olivi por la banda y es el titular.

Roberto Gutiérrez:
Aguantó de espaldas, pivoteó, se apoyó harto pero le falta todavía la explosión que se le conoce. Ese giro impredecible que lo convirtió en goleador. Como sea, debe seguir tomando ritmo porque es un muy buen jugador y ha demostrado querer ganarse un puesto.

CAMBIOS

(52″) Mauro Olivi: Insípido lo del Pampa. Tiene técnica, buena zurda, pero fue irrelevante cuando debió serlo. Erró muchos pases y entró para eso. Debe recuperar la jerarquía que lo llevó a ser Balón de Oro… Pero luego.

(75″) Raúl Olivares:
El golero ingresó en un partido con una carga emocional tremenda. Y en la primera, casi le vuelan la cabeza con una patada asesina. Ojo, se jugó el pellejo en esa y le salió caro, pero evitó un gol de Acevedo. Siguió a pura garra en la cancha, tapó mareado un disparo de Rivarola y el infortunio del final no empaña lo que demostró con su actitud. Uno puede tener mil reparos con él, pero lo de hoy es para agradecerlo

(90″+1) Carlos Muñoz:
Tuvo dos para definirlo y no pudo, en una por mala suerte y en la otra porque no se gritaron con Olivi. Por su reacción, parece que él se la había pedido. Pudo hacer más ante Eugenio Mena cuando encaró por derecha para sentenciarlo, que era la idea que tenía Ivo Basay.

DT

Ivo Basay: El Hueso apostó porque no doblaran más a Colo Colo por las bandas poniendo los tándem de Fuenzalida – Rieloff y Wilchez – Jerez. Le resultó. Él sabe que con lo poco que queda, no puede hacer milagros para recuperar un fútbol extraviado desde la pretemporada, por lo que apostó al lado anímico y el triunfo estuvo ahí. No se le puede reprochar el cambio. Paredes salió rengueando y puso otro delantero para cerrarlo. De todas maneras, el Cacique aún no tiene una línea de juego clara y debe buscarla o para los playoffs o, derechamente, para el próximo año con una buena pretemporada y con incrustaciones clave en algunos puestos.