Mario Salas es un DT conocido en el medio chileno. Pasó por Barnechea, lo ascendió, luego dirigió la Roja Sub 20 que fue al Mundial de Turquía en 2013 y de ahí obtuvo un bicampeonato con la UC siempre con un esquema como matriz que varió en muy pocas ocasiones: el 4-2-3-1.

No obstante, en Perú ha demostrado una mayor versatilidad, adaptándose a las mejores características de su plantel y prescindiendo de un enganche, algo que pocas veces transó antes.

Por ejemplo, su Sporting Cristal muchas veces se para con un 4-3-3 con un seis marcado y dos interiores. De ahí para arriba, van dos punteros y un 9.

Llevándolo a nombres, el contención es el capitán, Jorge Cazulo, hombre de quite neto que es secundado por Horacio Calcaterra por derecha (el que más se suelta) en posición de ocho y por Josepmir Ballón por izquierda, que también se puede poner a la par con Cazulo para un doble 6.

En ofensiva, en tanto, el referente es Emanuel Herrera, de extraordinaria campaña. Por los costados van Gabriel Costa y Marcos López, ambos hábiles y rápidos en el posicionamiento defensivo cuando no se tiene la pelota para formar un 4-1-4-1, poniéndose a los costados de Calcaterra y Ballón.

En Colo Colo, eso sí, la figura de un enganche es difícil de dejar de lado, toda vez que Jorge Valdivia es el que está en está en ese puesto. De esa forma, y si Salas volviera a un 4-2-3-1, tomando en cuenta los nombres que tiene hoy podría formar así:

¿Y si decidiera un 4-3-3? Eventualmente, Valdivia podría ir de 8, aunque no es su fuerte. O bien ser Baeza ese hombre, Carmona el 6 y Pavez hacer las veces de Ballón para dejar a Paredes rodeado por dos rápidos por fuera. Llevándolo a los últimos partidos de este año, Alexander Bolaños e Iván Morales, por ejemplo.

Este ejercicio, de paso, deja de manifiesto una cosa: Colo Colo necesita refuerzos clarísimos si llega Salas, sobre todo por los costados en función de ataque, punteros que hoy carece, además de mediocampistas más mixtos.