ARQUEROS

Juan Castillo: En la pretemporada en La Serena deslumbró con atajadas, con un cartel y liderazgo que prometía. Pero bastaron 10 goles en dos partidos, ante la U. de Conce y Cerro Porteño, para echar abajo su confianza y registrar los números más bajos de su carrera. Tras haber retomado la titularidad, se hizo expulsar en el clásico y recibió sanción interna. Llegó a Colo Colo ante la salida de Nery Veloso y la inconformidad de Diego Cagna con Francisco Prieto, quien cerró como titular el 2010.

Francisco Prieto:
Terminó 2010 como titular y cuando parecía que se afianzaba, Diego Cagna lo relegó a ser el tercer arquero. Perdió toda confianza y tuvo que empezar por enésima vez de cero. Llegó a Colo Colo en la época de Marcelo Barticciotto, aunque el 7 pidió en su momento a Nery Veloso y Pancho arribó por imposición de la dirigencia encabezada por Guillermo Mackenna. Sin duda, él no tiene la culpa y hace lo que puede, pero jamás ha tenido regularidad lo que ha redundado en errores infantiles cuando le toca defender el arco.

Raúl Olivares: El Araña partió el año como suplente de Castillo y como primer arquero en el segundo semestre dado que a Gallego no le gustaba gastar un cupo de extranjero en el pórtico. Cometió errores clave, como ante San Felipe donde regaló de manera increíble un gol y terminó por salir tras notarse muy nervioso. Estuvo un tiempo a préstamo en Santiago Morning pero nunca se ha consolidado en Colo Colo, donde al menos se ganó el respeto tras seguir en el clásico y salir llorando no por el dolor de sus lesiones, sino que por empatar un partido increíble.

Álvaro Salazar: Aún no debuta en Primera y sólo ha ido a la banca en dos ocasiones. Entrena con el primer equipo y juega para la Sub 18. De inferiores ha venido coleccionando medallas. Sus condiciones sólo se verán el día de su estreno.

DEFENSORES

Christian Vilches: El Quili hace años era un anhelo en el Monumental y llegó en un gran momento de su carrera. Sin embargo, pese a correctas actuaciones, ha sido contagiado por la irregularidad de Colo Colo en estos últimos dos años. Además, todavía no tiene un socio ideal y cuando lo estaba encontrando en Luis Mena, Basay se inclinó por Cabrera para el clásico. Con defectos y virtudes, ha cumplido. No se le va a olvidar jugar de un rato para otro.

Luis Mena: Por su calidad de símbolo y por no ser menos que Andrés Scotti y Nelson Cabrera debe estar en la cancha. Si juega mal, al menos transmite lo que se debe tener en Colo Colo. No fue un desastre cuando lo hizo y Basay lo cambió por Cabrera para ganar por arriba… Y no se ha ganado mucho que digamos.

Álvaro Ormeño: Lejos, muy lejos del jugador que le peleaba un puesto a Fierro en 2006 y del que deslumbró en Gimnasia. Volvió a Colo Colo a principio de año tras estar seis meses parado y no fueron en vano. Tiene a su favor ser canterano, pero no ha marcado diferencias como para ganarse un puesto. Su mal carácter le ha jugado en contra, arriesgando expulsiones innecesarias.

Boris Rieloff: En Audax parecía Maicon, en Gimnasia se fue quedando y en Colo Colo muestra chispazos, como un par de llegadas en el clásico y ante O”Higgins. Sin embargo, se nota que está desconcentrado y desconcertado en la gran cantidad de balones que entrega mal. Todas las pelotas que no perdió en La Florida, las está perdiendo en la salida en el Monumental

Andrés Scotti: Llegó como un referente y quizás lo ha sido, pero fuera de la cancha por dar la cara siempre y por su caballerosidad. En la cancha, lejos del futbolista que jugó un Mundial y lejos del que marcó a Lionel Messi, el uruguayo siempre se complica con la pelota en los pies y con la velocidad de sus marcadores. Fue indiscutido sólo por el bajo nivel del equipo pero ni así le sirvió, ahora está en la banca. Fue un alto precio para la Noche Alba 2010 cuando se había pedido a Agustín Alayes, quien llegaría 365 días después ya completamente fuera de forma.

Patricio Jerez: El único especialista por ese lado. Se dice que Américo Gallego planeaba bajar a Manuel Bravo y que por eso no pidió otro 4. Error, no se puede depender de sólo un elemento y un juvenil para un equipo como Colo Colo. Lo suyo es la entrega y en los últimos partidos se le agradece la garra, sobre todo en el clásico. Pero no es posible que un lateral de Colo Colo en un año saque sólo un centro que termine en gol. Llegó de Huachipato a principio de 2011 para reemplazar a un Roberto Cereceda suspendido y cuando ya se había hablado de Nelson Rebolledo, su compañero en la usina que terminó en la vereda de enfrente.

Sebastián Toro: El único producto de la cantera con relativo éxito en la era Blanco y Negro (los de 2006 fueron “criados” antes). Se afirmaba como titular junto a José Manuel Rey en el último Colo Colo campeón y a nadie se le pasaba por la cabeza que pudiera ceder su puesto. Lo hizo, y por problemas extrafutbolísticos. Cortado en más de una ocasión, tiende a caer en tonteras demostrando que, quizás, le faltó mano firme. Aún está a tiempo, condiciones tiene. Y es colocolino, pero debe cambiar… Y urgente. Aunque en un equipo donde están todos desganados y no hay uno que lo pesque de la cabeza y le grite en la cara dónde está parado, también es difícil.

Cristián Magaña: Jugador esforzado, otro canterano pero que ha tenido opciones y no ha deslumbrado. De momento, lejos de lo que espera para un estelar en Colo Colo.

Manuel Bravo: Partió muy bien pero sufrió las dos goleadas 0-4 con Serena y Católica y perdió el puesto. No se le puede culpar, es muy joven y ha dejado lo mejor. Tiene mucho que aprender y es de la cantera. Debe seguir teniendo opciones pero quizás cuando el ambiente esté más tranquilo.

Jorge Aravena: Tuvo algunas chances por la izquierda volanteando y como lateral izquierdo en Copa Chile cuando Américo Gallego probó opciones al no tener nadie más que Patricio Jerez. Muy poco como para evaluarlo.

Nelson Cabrera: Lo suyo es entrega pura y se agradece. Pero, lamentablemente, a Colo Colo llegan los mejores. Y técnicamente el paraguayo está lejos de un zaguero del nivel del albo.

MEDIOCAMPISTAS

Osmar Molinas: El paraguayo partió flojo, salió para hacer trabajo físico, volvió y ha ido cumpliendo poco a poco, siendo de los destacados en los últimos partidos. Que haya llorado por empatar el clásico con un infortunio suyo y su entrega, se agradecen. Al menos se ha ido soltando y hace pensar en que con un acompañante puede ser interesante. Pero falta verlo en el terreno internacional.

Marco Medel: La 10 de Colo Colo no le queda grande… Le queda gigante. Cumplió metiendo en el clásico, pidió una opción de creador, se la dieron y, nuevamente como en Copa Chile, hizo agua. Salvo un par de goles no ha hecho más y ya lleva mucho tiempo.

José Pedro Fuenzalida:
Mucha entrega y poco que reprocharle en ese aspecto. Pero le falta jerarquía. Tuvo para definir varios partidos y siempre toma mal la última decisión. Quizás se rescata por lo que deja en la cancha.

Rodrigo Millar: Al contrario de Fuenzalida, lo que se castiga en él es la desidia. Es un tipo que tiene cancha y jerarquía para situaciones complicadas, pero su desgano desespera. Viene trotando en la cancha desde que llegó del Mundial y en un jugador que todos los técnicos que han pasado lo han destacado como un volante de los que ya no quedan en el fútbol, da rabia. Hace rato podría haber sido referente si hubiera querido.

Lucas Wilchez: Tiene entrega en el campo, en la marca, pero siempre hace una demás. Debe resolver como lo que se pide en Colo Colo, haciendo lo que la jugada pide al final. Si terminara bien la mitad de las jugadas que genera ya estaríamos hablando de un tipo vitoreado todos los partidos.

Matthías Villanueva:
Hizo un gol en Copa Chile y mucho más no ha tenido para mostrarse. No gravitó en otros partidos pero tampoco lo han hecho los de más experiencia.

Bryan Rabello: Muchos piden su oportunidad pero sigue con la Sub 17. Sin ir más lejos, acaba de ser campeón de la Copa Chile con dicha categoría con gol suyo. No tiene referentes en quien apoyarse o quien verse reflejado. Cuando jugó con Diego Cagna, marcó un gol en la última fecha ante la U. de Conce pero tampoco logró romperla como se esperaba. Tarde o temprano, deberá aparecer, pero no son pocos los técnicos que no le han dado continuidad con el primer equipo.

Luis Pavez: Junto con Medel, es el paradigma del que las hace todas en su anterior equipo y sucumbe en Colo Colo. Si como volante de contención hasta le hizo un gol de cabeza al propio Cacique en la final con Palestino. Acá no marca, no se posiciona bien, no entrega bien. Y pensar que en su puesto la dupla era Emerson y Espina hace poco más de 10 años.

DELANTEROS

Mario Salgado: Nadie sabe a qué vino. Pasa lesionado, no ha hecho un gol ni siquiera en amistosos y fue una opción de Guillermo Mackenna en desmedro de Roberto Gutiérrez a comienzo de 2011. Ahí está el resultado.

Esteban Paredes:
El capitán, referente y símbolo. Llegó no sin pocos cuestionamientos desde Santiago Morning en 2009 pero la rompió de inmediato siendo figura en una final, lo que uno pide a un futbolista de Colo Colo. Marcó en tres clásicos posteriores, da la cara, va de frente y es el que hace mantener la esperanza en que todavía quedan jugadores dignos de vestir la camiseta de Colo Colo.

Carlos Muñoz: De momento, el precio y lo que se bregó por él fue excesivo. Si bien no le llega media pelota redonda, a Paredes tampoco y se las ha ingeniado igual para gravitar. Al menos se enoja y lucha.

Mauro Olivi: Otro que se perdió después de su escándalo fuera de la cancha. Llegó sin hacer un gol en Audax de febrero, partió como para redimirse pero tras su problema extrafutbolístico se ha visto perdido, sin ganas, impreciso. Idéntico al que se vio en su última etapa en La Florida. O cambia luego o lisa y llanamente no sirve para Colo Colo.

Roberto Gutiérrez: Estuvo a punto de llegar dos veces antes y lo hizo a mitad de 2011. Partió bien con goles en el partido debut ante Wanderers pero se fue quedando primero por una lesión y luego por contagio del equipo. En Católica era peligro vivo y al igual que Olivi, fue el mejor jugador en años anteriores del torneo nacional. Es, al menos, lo que se pide acá.

Jorge Troncoso: Partió bien, tuvo un gol en su debut con Cobreloa en el Apertura y fue desapareciendo de las nóminas. Mucho más no se ha visto, aunque fue el líder del Colo Colo juvenil campeón en Gradisca.