Rodrigo Meléndez y Miguel Riffo terminaron siendo grandes amigos tras compartir por largos años en el Cacique, llegando a trabajar codo a codo incluso en sus días posteriores con el buzo de entrenador.

Eso no fue siempre así, ya que Meléndez, en conversación con nuestro sitio, contó la firme de lo que era esa relación antes de siquiera ser compañeros en el Cacique, cuando uno era referente en Cobreloa y el otro hacía sus primeras armas en el Monumental.

“Siempre lo he dicho, trato de entregar ese mensaje. Los torneos, campeonatos, pasan, uno tiene que comportarse de manera sincera, entregar lo que siempre he entregado, eso es lo que al final te deja el fútbol. Tenemos una anécdota bien particular: Miguel me odiaba mal, y terminamos siendo grandes amigos”, señaló Meléndez a DaleAlbo.

“Miguel me odiaba porque habíamos jugado en contra. De prejuicioso, ‘me daba la sensación de que erai un hueón pesado, burlesco. Puta viene este hueón pesado pa’ acá’, dijo. Era la impresión que tenía de mí. Veníamos de ganarle la final a Colo Colo el 2003. Ahora somos grandes amigos, nos juntamos, debe ser de los grandes amigos que nos dejó el fútbol”, agregó Kalule.

Uno era referente en Cobreloa, el otro la rompía en el Cacique.

Uno era referente en Cobreloa, el otro la rompía en el Cacique.

El ex volante no se quedó ahí y agregó más casos en su carrera. “Con Ezequiel Miralles tuvimos muchos encontrones, lo encontraba pesado, mirador en menos, agrandado, canchero, varias veces le hice sentir cosas en contra, pero somos muy buenos amigos. El paragua Hugo Brizuela, el Beto Acosta, Pipo Gorosito, pero bueno es la apreciación, que cada uno defiendo sus colores y es parte del juego”, declaró.

Finalmente, relató que “con Miralles me tocó pisarlo, pegarle, hacerle de todo, y terminamos teniendo una relación muy linda. Uno tiene que ser buena persona, más allá de que en la cancha tiene tareas que cumplir. Tratar de dejar una buena imagen como persona, que es lo que te deja el fútbol y la vida. Puedo mirar a cada compañero con los que jugué a los ojos”.