Rodrigo Meléndez tuvo que dar una vuelta larga antes de consolidarse como uno de los mejores volantes de contención de los últimos años en Colo Colo. Esto porque sus primeros pasos en el fútbol los empezó en las series menores albas, pero tras no convencer tuvo que partir a Magallanes.

En conversación exclusiva con DaleAlbo, Kalule relató como fueron sus días en las juveniles. “Mis primeros pasos en el fútbol formativo fueron en Colo Colo, de los 10 a los 12 años, por ahí. Lamentablemente, me echaron en ese entonces, no pude seguir siendo parte del proceso del fútbol joven. Me fui a Magallanes, faltando muy poco me fui a Cobreloa, porque Magallanes bajó a tercera división, y esa categoría no tenía cadetes, y me fui a Cobreloa”, contó.

Pese a ser desechado en primera instancia, tuvo una nueva oportunidad el año 2006 y los éxitos que tuvo no los considera una revancha. “Me tocó dar una vuelta más larga, pero me tocó llegar y hacer muy bien las cosas”, empezó.

“Si uno toma las cosas con revancha, tomé la situación como un tropiezo, como le pasa a gran parte de los jugadores en el fútbol. Había que levantarse seguir adelante, primero pensar en ser futbolista profesional, estando en las grandes competencias lograr mantenerme. Gracias a Dios me tocó a ir a argentina. No lo tomé como una revancha, sino como una posibilidad más en mi carrera”, añadió.

Rodrigo Meléndez en Colo Colo / Archivo

Rodrigo Meléndez en Colo Colo / Archivo

El ex volante reveló el origen de su popular apodo: “efectivamente el apodo Kalule nace en Colo Colo, con el profesor Miguel Orellana, tenía 11, 12 años. El profe me puso así, como era tan chico, nunca le pregunté el significado, tampoco correspondía en ese momento”.

Tiene algunas teorías del por qué se ganó su sobrenombre. “Por el color de piel, alguna tribu, no le pregunté nunca, se da la casualidad de que tengo que partir, pasa el tiempo el apodo Kalule se mantuvo. A diferencia de hoy, el fútbol joven sólose jugaba solamente en Quilin, por eso los jugadores de Colo Colo me mencionaban así, y por eso se mantuvo el apodo”, profundizó.

Lamentablemente, las razones para ponerle Kalule se fueron a la tumba. “Me voy a Cobreloa, allí pensaba, en algún momento dije me lo tendré que topar para preguntarle, y lamentablemente el profe falleció. Me fui con la incertidumbre de que es, siempre lo vinculan a muchas cosas”, cerró.