Iván Morales puede nutrir si es que termina partiendo a Brasil una larga lista de delanteros formados en casa que terminaron saliendo de Colo Colo ante la falta de oportunidades y, lo que es peor, falta de condiciones para quedarse con una camiseta de titular en el primer equipo.
Lo del nacido en Linares no es nuevo en el Cacique, ya que es un fenómeno que lamentablemente se ha sostenido en tiempo: atacantes que debutan en el primer equipo y que nunca pudieron consolidarse, teniendo que buscar suerte en otros equipos y hasta en otras divisiones de nuestro fútbol.
Tal vez el caso más emblemático es del de Phillip Araos, delantero que se cansó de hacer goles en las divisiones inferiores y hasta debutó convirtiendo en el primer equipo en el 2009. Lamentablemente el “Artillero de Macul” nunca logró consolidar lo hecho en las juveniles en el profesionalismo, pasando de club en club hasta en la Tercera División.
Pero no es el único, ya que se pueden sumar en esos años los casos de Nicolás Millán y Luca Pontigo. Millán irrumpió en el 2006 debutando con solo 14 años de la mano de Claudio Borghi, jugando apenas dos partidos más para partir a préstamo a Argentina en el 2008. Pontigo debutó en el 2012 con una asistencia y anotó un doblete en sus primeros duelos, pero se fue quedando y pasó por varios clubes a préstamo, estando hoy en Deportes Santa Cruz de la Primera B.
Casos menos conocidos como los de Jorge Troncoso y Ariel Páez también se incluyen. Troncoso debutó en el 2011 con Américo Gallego y Páez en el 2012 con Luis Pérez, teniendo ambos que partir rápidamente a préstamo para buscar oportunidades. Troncoso ahora está en la segunda división de Estados Unidos, mientras que Páez está retirado.
Más contemporáneos están los casos de Roberto Riveros y Daniel Malhue. Ambos debutaron en el primer equipo en el 2014, pero apenas estuvieron dos temporadas en el Monumental. Riveros pasó por Santa Cruz, Rodelindo Román, Colchagua y hoy está en Cobreloa. Malhue por su parte jugó en Trasandino, Coquimbo, Temuco y hoy defiende los colores del equipo de Arturo Vidal.
Los tres últimos casos son mucho más recientes: Nicolás Orellana, Luis Mercelo Salas y Zederick Vega. Orellana también debutó en el 2014, pero tras préstamos en San Marcos y Everton tuvo su revancha en el Cacique en el 2017, siendo un aporte importante para el equipo de Pablo Guede que terminó ganando el Transición. Lamentablemente seis meses después no fue renovado, viéndose obligado a partir a la Universidad de Concepción. Hoy está en Audax Italiano.
Salas y Vega siguieron caminos similares, ya que ambos se vieron obligados a salir del Monumental ante la falta de lugar en el primer equipo. Salas jugó apenas un partido oficial con el Cacique en la segunda mitad del 2017, partiendo a préstamo rápidamente a Deportes Antofagasta. Vega ni siquiera alcanzó a debutar, partiendo a San Antonio Unido y estando hoy en Deportes Copiapo.
Sin lugar a duda que un fenómeno lamentable que hay en el Monumental que debe ser estudiando al interior del fútbol joven del Cacique. Son demasiados jugadores que llegaron al profesionalismo y que nunca pudieron ser un aporte real al primer equipo de Colo Colo.