Corría un 15 de abril de 2018 con un Colo Colo en crisis. El equipo de Pablo Guede venía de caer ante el desconocido Delfín de Ecuador en condición de local por la Copa Libertadores y ante San Luis de Quillota en el torneo local.
El equipo al interior del camarín tampoco estaba del todo sano, ya que el mismo entrenador argentino hizo un amago de renuncia al cargo y había constantes roces con Julio Barroso, quien llegó a hacer sus descargos en su Instagram personal contra el entrenador.
A todo eso se suman las burlas del archirrival. Tras la caída ante Delfín en el Monumental, un grupo de hinchas azules llegaron al Estadio Nacional para su duelo ante Curicó Unido con unos “divertidos” delfines en sus manos a modo de mofa por la fea derrota del Cacique. El hecho se repitió ese domingo 15 de abril, ante Colo Colo.
Lo que se vio esa tarde en el Nacional debe ser uno de los Superclásicos más apasionantes de los que se tenga memoria. Muchos goles, intenso, con harto rose, pierna fuerte y hasta algunas sabrosas peleas, como la de Jorge Valdivia con David Pizarro o la de Mauricio Pinilla con Jean Beausejour.
La U pegó primero precisamente por medio de Mauricio Pinilla, quien abrió la cuenta a los 5’ tras un error de Carlos Carmona en la salida. Los azules pudieron aumentar, pero fueron incapaces de cerrar de buena forma algunos ataques.
El Cacique respondió tras pasar la media hora de juego por medio de Esteban Paredes, quien finalizó de buena forma una triangulación en ataque para poner el 1-1 transitorio. Pero lo mejor estaba por venir.
Recién comenzada la segunda parte, con 48’ en el reloj, Jorge Valdivia habilita de buena forma a Esteban, quien con un carrerón queda en diagonal al arco defendido por Johnny Herrera. Todos sabían que el 7 albo se iba a acomodar para quedar con el balón en su pie izquierdo, menos el brasileño Rafael Vaz, quien se comió completó el enganche del capitán albo. Paredes, con una zurda mágica, colocó la pelota al ángulo, dejando a Herrera como el mejor espectador de su megagolazo.
Lo que vino después todavía está en la memoria del hincha albo. Uno de los periodistas de CDF quedó boquiabierto tras el arco defendido por Herrera tras el golazo, además del baile que se pegó el 7 albo en el banderín del córner que daba la galería norte, repleto de hinchas de la U, esos que minutos antes habían lanzado un delfín inflable a la cancha.
El golazo de Claudio Baeza en los minutos finales terminó por sellar un triunfazo por 3-1 que marcó una debacle notable de los azules, quienes tras esa derrota cayeron goleados por 6-1 ante La Calera, 7-0 ante Cruzeiro, vieron como su entrenador fue despedido, e iniciaron un tortuoso camino que los tuvo peleando el descenso hasta hace no mucho.
¿Y Colo Colo? Tampoco hablemos de que se volvió una máquina imparable, pero logró ponerse de pie tras semanas complicadas. Tras esa derrota renunció Pablo Guede por la llegada de Gabriel Ruiz-Tagle a la presidencia de Blanco y Negro. El equipo con Héctor Tapia en la banca finalmente supo levantarse internacionalmente y llegó a los cuartos de final de la Copa Libertadores, dejando como una mala anécdota esa derrota ante Delfín y como un karma casi implacable a aquellos hinchas que llegaron a burlarse al Estadio Nacional.