El regreso del fútbol chileno ha desnudado varias falencias en Colo Colo, siendo una de las más alarmantes la poca capacidad de generar juego en el ataque. Los escasos remates al arco son una muestra clara de ello, sobre todo en los duelos ante Universidad de Chile, O’Higgins y el último visitando a Unión La Calera.
Lo cierto es que el Cacique en sus cuatro primeros duelos ha convertido apenas tres tantos, siendo dos de ellos obra de Esteban Paredes y el restante de Leonardo Valencia, quien convirtió desde el lanzamiento de penal a Santiago Wanderers en el redebut de los albos.
Uno de los apuntados en esta poca capacidad de convertir goles es Nicolás Blandi, quien todavía no logra anotar en este reinicio de la competencia y, lo que es peor, siendo un nulo agente de peligro en la delantera alba, tocando poco el balón y saliendo reemplazado en sus dos últimos encuentros.
Desde la banca tampoco se encuentran respuestas, ya que Javier Parraguez no ha sido un aporte ingresando desde lo suplentes, ni siquiera en el juego aéreo, una de sus facetas más destacables hace algunos meses.
Por los extremos de la cancha tampoco se está generando peligro. Marcos Bolados ha perdido esa capacidad goleadora que se vio a principio del año, mismo caso que Pablo Mouche, quien tampoco ha podido ser un agente de peligro importante para el equipo de Gualberto Jara.
Un dato alarmante que viene a confirmar un fenómeno que se viene dando hace años en el Monumental: La “Paredes dependencia”, donde si el 7 albo no convierte, nadie más lo hace. Habrá que ver si esta constante se mantiene en los dos duelos de Copa Libertadores que se le vienen a Colo Colo recibiendo a Peñarol y visitando a Athletico Paranaense antes de regreso a la competencia local.