Justo Villar: Hoy no tuvo mucho trabajo, pero durante la campaña tuvo momentos vitales. Tremendo refuerzo, tremendo elemento para el camarín. Que se quede por mucho tiempo.

Gonzalo Fierro: Lo dijo en la previa, sabía que ésta sería la vuelta más importante de su carrera y jugó el partido como tal. Bien en los cruces, se mandó en ofensiva. Revivió el Joven Pistolero de la mano de Tapia, como Colo Colo.

Christian Vilches: Tampoco tuvo gran trabajo pero estuvo atento para algunos cruces y para salir con balón dominado. Llegó a Colo Colo para ser campeón hace ya tres años, sufrió y hoy festeja.

Julio Barroso: El mejor central extranjero del Cacique en, al menos, 30 años volvió a ser puntal en una vuelta olímpica. Portentoso, con presencia, solucionando problemas cuando pudo haberlos. Un gigante el Almirante.

Luis Pavez: Muy bien manejando la presión en un partido dificilísimo, sacó un par de zurdazos en ataque notables y no tuvo grandes problemas con el buen Marcos Sebastián Pol. Consagración total del Piña.

Esteban Pavez: Otro que se debe sentir muy representado con esta campaña de Colo Colo. Deambuló por equipos de la B, Juan Gutiérrez le dijo a Omar Labruna que lo dejara, lo hizo, se quedó y terminó siendo vital en la trigésima estrella del Cacique. Un grande.

Jaime Valdés: No logró “sentir” el balón durante el partido y estuvo algo errático, pero para analizarlo hay que basarse en lo vital que fue durante, al menos, 10 fechas. Vino a cumplir su sueño, comandó al equipo en momentos difíciles en el arranque del campeonato, ganó puntos que terminaron siendo vitales con rutilantes actuaciones y, por fin, pudo ser campeón… Y qué mejor que en el equipo de su vida.

Emiliano Vecchio: Se trató de mostrar, de pedir el balón, de meterse al área. Movedizo pese a que no pudo habilitar con suele hacerlo. Salió bajo una ovación inolvidable. Se la ganó con su carisma y sus actuaciones, que poco a poco fueron cautivando al pueblo colocolino. Que se haya golpeado el pecho en señal de respeto a la gente no es casualidad. Así lo sentía.

José Pedro Fuenzalida: Merecía ser campeón. Llegó en 2010 a Colo Colo, dio la cara en momentos difíciles, muchas veces sin brillar fue el más regular en campañas paupérrimas. Tiene el premio por el que trabajó. Hoy intentó hasta el cansancio y molestó a la defensa rival.

Felipe Flores: Hemos hablado durante todas estas líneas de un “renacimiento”. He aquí el claro ejemplo de eso. Vilipendiado, pifiado, mirado en menos. Con goles clave fue dando vuelta esa historia y hoy convirtió el tanto del título haciendo un correcto partido. El Oreja le torció la mano al destino a base de pundonor.

Juan Delgado: Gran partido del joven puntero. Encomiable labor para bajar a marcar, mucho más claro en faceta ofensiva y se transformó en un dolor de cabeza para la zaga caturra. Debutó hace ya un par de años, fue olvidado, volvió a cadetes y reapareció para ser campeón.

(73″) Mathías Vidangossy: No logró meter la puntada final para concretar de mejor manera alguna jugada en ofensiva. Como sea, se fue ganando un espacio como alternativa en los últimos partidos, algo que le puede servir de cara al futuro.

(78″) Mauro Olivi: Hace mucho no aparecía y se le notó la falta de ritmo. Igual se las arregló para volver a las nóminas cuando se daba por descontado que no jugaría más.

(89″) Sebastián Toro: No alcanzó a tocar el balón pero, tal como en el 2009, estuvo presente en cancha para el título de Colo Colo. Que le siga sirviendo para su madurez futbolística y de aliciente para seguir luchando.

DT Héctor Tapia: Seguramente se ha dicho todo. Tomó un Colo Colo perdido y condenado al fracaso, lo rescató, incrustó piezas, convenció a sus jugadores, a la gente, todo en base a trabajo y en creer que era posible. En su momento fue tratado de cualquier cosa por salir del Cacique, “traidor” fue lo más suave que se le dijo. Pero se las “comió” en silencio, lo mismo que su ayudante de campo y socio, Miguel Augusto Riffo, a quien le sacaron la madre en uno de los últimos arengazos que tuvo que vivir como jugador mientras estaba con su hijo en la cancha David Arellano. Ambos dieron vuelta la historia con su capacidad, son los artífices, son colocolinos… Se lo merecen. ¡A disfrutar!

Foto: Agencia UNO