Hoy, Lionel Messi y Arturo Vidal comparten de lo mejor en el camarín del Barcelona. Se han adulado mutuamente y se entienden de gran manera tanto adentro como fuera del campo, como lo demostraron en el partidazo donde vencieron al Liverpool por la Champions.

No obstante, la historia de la Pulga antes de eso era amarga con el King: lo vio levantar dos Copa América delante de él y quizás cuánta cosa se dijeron siendo rivales, lo mismo cuando el cuadro culé chocó con la Juventus.

Por lo mismo, no llama la atención una sabrosa anécdota que reveló Redgol de cuando se estaba gestando la llegada del nacido en Colo Colo al Camp Nou: su representante, Fernando Felicevich, pasó por todos los conductos regulares incluida una conversación con Messi.

Ahí, al argentino le bajó un ataque de sinceridad. “Odio a ese hijo de puta, pero quiero ganar la Champions”, comentaron fuentes al mencionado sitio sobre aquella reunión tomando un café. El resto de la historia es más o menos conocida: Barcelona pagó 18 millones de euros y se hizo de Vidal.

Al principio al King le costó, pero el duelo ante el Liverpool marcó su romance definitivo con la gente de Barcelona, incluido su máximo ídolo que, según contó OK Diario de España, detuvo a la dirigencia para que no lo vendieran a principio de año. Como da vueltas la vida.